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domingo, 5 de diciembre de 2010

Las noticias que nos despiertan


Algunas noticias a veces llegan haciendo daño al corazón, noticias que, por otro lado, están dentro de la normalidad y de las que se supone que algún día u otro se sucederán. Sin embargo, nunca sientan bien.

Leyendo La Vanguardia la mañana del 7 de agosto de 2009, mientras tomaba el café antes de subir a la oficina, supe dos cosas:

La primera: que Jordi Sabater Pi, el descubridor de Copito de Nieve en el año 1966 en la selva de Guinea Ecuatorial, había fallecido dos días antes, el miércoles 5 de agosto; y la segunda noticia es que, un día después a la muerte de Jordi Sabater Pi, el 6 de agosto, falleció la Koala Sam, porque a pesar de los esfuerzos por salvarle la vida, la enfermedad que padecía era letal y hubo que sacrificarla después de haber intentado una intervención quirúrgica con la intención de paliar la gravedad de su estado de salud física. Siempre me preguntaré si antes de sacrificar a un animal se ha hecho absolutamente todo lo posible por salvarle la vida, siempre me quedan dudas.

Jordi Sabater Pi  nació en Barcelona el 2 de agosto de 1922 y murió el 5 de agosto de 2009, acababa de cumplir los 87 años. Fue un primatólogo español, especialista en los estudios de etología y descubridor de diversos comportamientos culturales de diversas especies, especialmente adquirió un compromiso con los chimpancés, a los que estudió profundamente constatando su proximidad con los seres humanos desde un punto de vista genético y también conductual. Sabater Pi llegó a decir en alguna ocasión al respecto de la población de chimpancés en África, que el descenso de población y, en el caso de algunas subespecies, la situación de peligro de extinción era comparable a un genocidio con seres humanos. Desde los primeros años del siglo XXI, el profesor Jordi Sabater se posicionó claramente a favor de la protección y conservación de los primates y apoyó varios proyectos para la conservación de la especie y su hábitat natural. Hecho admirable de una forma objetiva.

Tras leer esta noticia, unas páginas más hacia delante en el mismo  diario de La Vanguardia, venía un pequeño artículo con la triste noticia de la muerte de la pequeña koala Sam, menos conocida que Copito de Nieve y su descubridor.

Todos recordamos la gran catástrofe sucedida en el mes de febrero de 2009, cuando se produjeron unos brutales incendios en Australia. En el esfuerzo sobrehumano que hicieron las autoridades competentes del país para combatirlo, un bombero voluntario encontró, en plena batalla campal por vencer el fuego, a una osa koala a la que se le puso por nombre Sam, tenía las patas quemadas y estaba extasiada por el calor de los incendios y la falta de alimento y agua en su organismo. Gracias a la intervención humana en este caso, esta koala fue rescatada y sobrevivió a la gran catástrofe que supuso este incendio. Sin duda, otro hecho admirable sin discusión.

Sam, con serias quemaduras, fue filmada mientras bebía agua de una botella de su salvador, David Tree, y se convirtió en símbolo de esperanza para los sobrevivientes de los peores incendios que azotaron el país. El fuego dejó unas 173 personas muertas y destruyó más de 2.000 viviendas. Lamentable desastre.
Pero apenas meses después de su rescate en los incendios en el estado de Victoria, a Sam se le diagnosticaron quistes relacionados con la enfermedad clamidia, que ha devastado a la población de koalas en Australia. La osa, de cuatro años, fue sacrificada debido a que se descubrió que los quistes que le pensaban extirpar eran inoperables, ya que habían afectado su sistema reproductivo y urinario. Y era tan grave su estado, que no había forma, parece ser, de aliviar su terrible dolor.

Bien, de forma sorprendente, estas noticias -especialmente la segunda-, unos cuantos años atrás, no hubieran sido objeto de presencia en un diario líder como es La Vanguardia, sin embargo, en los tiempos que corren, imágenes como la de un ser humano dando de beber agua a una koala o la muerte de quien descubrió el único chimpancé albino del mundo han sido objeto de redacción en la prensa y en la red. Es evidente que es un signo de una evolución en las conciencias de los seres humanos. Tiempo atrás  noticias como estas no eran objeto de la prensa y, sin embargo, a día de hoy, algunos pueden sentir un sentimiento de tristeza, aflicción o melancolía por estos hechos, como me sucedió a mi esa mañana, sentimiento que me duró todo el día y parte de los siguientes.

Lo que realmente me hace feliz de este hecho (las dos noticias mencionadas en La Vanguardia) es que nuestra sociedad, aunque despacio, va avanzando hacia mentes más evolucionadas y despiertas que toman conciencia de que los animales humanos no son los únicos con capacidad de sentir, tanto en positivo como en negativo, cosa que hasta no hace tantos años se ponía en duda. Y esto es un signo de evolución colectiva; está claro que no es común a todos los seres de la Tierra en el mismo espacio-tiempo, pero sí a una gran parte que empieza a descubrirse a sí misma como seres conectados a todos los demás y a todo lo demás; formamos un gran organismo en el que convivimos y en el que todos somos necesarios para hacer posible que la evolución sea presente en nuestro mundo.

Por eso, queridos lectores, es importante tender una mano al débil que lo necesita, y debemos saber que el débil siempre es aquel cuyos recursos y armas para defenderse de nuestros actos perjudiciales son nulos, y sólo les queda sobrevivir.
Por eso, gracias a Jordi Sabaté, ya fallecido, por habernos regalado el descubrimiento de un animal tan especial como lo fue nuestro querido Copito de Nieve, único en su singularidad albina, si bien añado, que si algo me entristece además de la muerte de nuestro más famoso gorila y su descubridor años después, fue que Copito, a pesar de todas las atenciones recibidas por sus cuidadores, nunca conoció la libertad de su hábitat, hoy tan amenazado por nuestros irresponsables y crueles actos.
Y por eso, gracias a David Tree, el bombero australiano que rescató a nuestra preciosa Koala Sam, hoy también fallecida.

Si algo nos queda, es la esperanza de que noticias como la del rescate de Sam o, en su día, el descubrimiento de Copito de Nieve nos sigan despertando en muchas de nuestras mañanas.
Pero sobre todo, que nos despierten el corazón y la mente.

En memoria de Copito de Nieve. En homenaje y memoria de Jordi Sabater Pi.
En memoria de Sam. En homenaje a David Tree.





10 comentarios:

  1. Siempre he pensado y defendido, que dentro de nuestra idea de "seres superiores" hay un grave error por falta de información y capacidad para analizar nuestra existencia. De hecho, ¿no deberíamos mostrar más respeto por aquellas especies gracias a las que sobrevivimos? Todo ser viviente tiene su función en la Tierra, hasta el más "insignificante" gusano realiza su tarea de evitar que los cadáveres en descomposición formen un nucleo de infección y bacterias. Científicos nos advirtieron de que si desapareciesen las abejas, el ser humano moriría por culpa del exceso de polen, a causa de un colapso respiratorio. Pues bien, tal vez, no seamos tan superiores cuando nuestra supervivencia está condicionada por la exitencia de un "simple" insecto. Bastante triste es que unos tengan que morir para que otros puedan vivir... la leona no duda en matar para alimentar a sus cachorros, pero nunca por el mero placer de causar daño, nunca lo convertirá en un espectáculo, nunca permitirá que su presa agonice. Si siguiésemos nuestros instintos animales, la vida sería mucho más justa y agradable. Un saludo!!

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  2. Debemos partir de la hipótesis si queremos ser felices en nuestras relaciones con los demás. Cerremos nuestros ojos a sus defectos y destaquemos solamente sus virtudes, en todo ser vivo podemos encontrar valores y virtudes inexplorables si nos dedicasemos a ver a cada uno no como lo que son sino como lo que podrían llegar a ser con nuestra ayuda y principalmente con todo nuestro AMOR!

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  3. Totalmente de acuerdo Leire, es evidente que todos formamos una parte única e indivisible de un Todo, de una inteligencia superior como muchas veces nos ha expresado Eva en otros artículos.
    Haciendo referencia al propio artículo "Las noticias que nos despiertan", me llama especialmente la atención que todavía haya quienes podamos recordar a seres de otras especies que, después de fallecidos, siguen siendo queridos por una parte de nuestra sociedad. Ente todos debemos conseguir que esa parte cada vez sea mayor.
    Eva, me ha gustado mucho que nos recordaras a todos la presencia de Copito de Nieve y, por supuesto, de nuestra amiga koala Sam, quien no pudo soportar tanta crueldad humana ante el desastre de los incendios de Australia, lo que seguramente agravó más la enfermedad clamidia que padecía.

    ¡Gracias por este artículo, enhorabuena por tu blog!

    T.E.

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  4. Sin duda, que estos hechos sean objeto de noticia en los medios es muy buena señal... Señal de que poco a poco vamos confluyendo con esa otra energía que existe, que se retroalimenta de nosotros, energía también al fin y al cabo, y que nos conecta con todas las formas de vida del planeta que compartimos. Un abrazo, Eva!

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  5. creo que la muerte no es el final de la vida y que lo importante de la historia de sam fue que abrio un corazon humano a la compasion, al amor incondicional,este hombre la vio y no miro hacia otro lado ni la ignoro.La foto en su momento me impacto,es impactante,llena de ternura.

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  6. Creo que sólo es cuestión de tiempo que nuestra sociedad, y con ella, nuestros medios de comunicación reconozca la muerte de un animal no humano igual de trágica que la de un bípedo humano. Porque todos venimos del mismo lugar y nos dirigimos de la misma forma también a un mismo lugar. Siempre seremos indivisibles.

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  7. Me encanta tu blog, todas las entradas son buenas, y esta preciosa, por el mensaje y por el recuerdo de esas dos PERSONAS; algo tan poco común entre la gente.

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  8. Muchísimas gracias a todos los que no sólo me seguís semana a semana, sino que, además, invertís esos minutos en dejar vuestra aportación, sé que el resto de seguidores, como yo misma, lo valoran muchísimo, es un placer contar con todos vosotros/as.
    Leonor, me satisface enormemente que te haya sido tan grata esta entrada.

    Un abrazo a tod@s,

    Eva M. Ruiz

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  9. Hola,
    Preciosa reflexión. Yo nunca he sentido aprecio por Copito de Nieve, me pareció siempre un macho arrogante, y mal humorado, pero no se le puede culpar a él sino a su cautiverio.
    Quizás lo de la concienca colectiva tire para adelante, pero en un sentido práctico-económico, a casi nadie le interesa ver a los animales como iguales, como compañeros sufridores, sino como un instrumento del ser humano, un recurso biológico que nos alimenta y nos entretiene.
    Me ha encantado tu capacidad emotiva de comunicarte y tu gran destreza la hora de describir sentimientos y conmovernos! Te mueves por esos terrenos como pez en el agua.
    ¡Así que gracias!
    Antuan

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  10. Excelente recordatorio de Copito y Sam, ambos fueron queridos y admirados aunque en diferentes niveles por las diferentes circunstancias de cada uno. Sin duda Eva, tengo que darte las gracias por recordarnos hechos y personajes que parece que ya muchos hayan olvidado. Veo que tú aún los llevas en tu corazón y en el recuerdo, yo también.

    Un abrazo.

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