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domingo, 26 de diciembre de 2010

El lamento de África



Hay un lugar en la Tierra, donde aún amanece la vida y las grandes manadas, todavía, corren en libertad, el último refugio de la mayor concentración de vida salvaje que aún queda sobre el planeta.


El pasado verano, recibimos con gran sorpresa y no menos dolor una noticia que nos sobresaltó el corazón a todos por el impacto recibido al conocerla: el gobierno de Tanzania había aprobado la construcción de una carretera con una longitud aproximada de 480 kilómetros que podría acabar con la gran migración anual de los animales salvajes de África entre el parque natural tanzano del Serengeti y la reserva del Masai Mara, en Kenia. Una catástrofe mortífera. De los 480 kilómetros estipulados para la carretera, 53 km atravesarán el Serengeti en el punto exacto donde, cada año, unos dos millones de cebras, ñúes, gacelas y elefantes cruzan el Masai Mara en busca de nuevos pastos, una cuestión de supervivencia.

Cada año, cuando se inicia la temporada seca en el mes de julio, millones de animales dejan las praderas del Serengeti y, en su marcha hacia el norte, cruzan el río Mara. La migración lleva a las manadas a la reserva natural del Masai Mara, más húmeda y con pastos más frescos en esta época del año, de donde regresan a Tanzania en octubre, en un viaje observado por miles de personas y que, sin duda, constituye una de las mayores atracciones turísticas de ambos países.

La noticia de la construcción de dicha carretera atravesando el Parque Nacional del Serengeti, declarado Patrimonio Mundial por la Unesco en 1981, provocó una inmediata reacción internacional por parte de organizaciones ecologistas y de turistas. Sin embargo, a fecha de hoy, no ha habido rectificación alguna en esta decisión adoptada por el gobierno de Tanzania.
Una vez más, los intereses políticos y económicos -el comercio crece a un ritmo vertiginoso en el continente africano-  parecen sobreponerse al sentido común y a la protección de las especies y de nuestra madre naturaleza, pues a pesar que la Sociedad Zoológica de Frankfurt (FZS), -que financia y colabora estrechamente en la administración del Parque Nacional del Serengeti-, presentó una ruta alternativa para evitar tal crimen contra la madre naturaleza, el gobierno tanzano defiende la propuesta inicial y afirma que dicha carretera empezará a construirse a principios del 2012. Será entonces cuando todos nosotros, los que estamos vivos en este siglo XXI, empezaremos a presenciar el fin de uno de los hechos más maravillosos, emotivos y milenarios de nuestro planeta, será entonces cuando empezaremos a perder algo tan grande que sentiremos que el mundo también se encoge, como lo hizo nuestro corazón al conocer la noticia.

No deja de sorprenderme que el gobierno de Tanzania tuviera, además, la osadía de criticar a los ecologistas alegando que estos no tienen en cuenta las necesidades de los habitantes del noroeste del país que, actualmente, se ven obligados a dar un rodeo de más de 400 kilómetros para dirigirse a la capital económica de Tanzania. Y no deja de sorprenderme porque no cabe más estúpida argumentación tras la propuesta de una ruta alternativa que presentó la FZS y que también permitiría este acceso a la capital por parte de sus ciudadanos, pero como es sabido universalmente, hace más el que quiere que el que puede.

La sentencia de muerte para muchos de los animales salvajes africanos está firmada, muchos de ellos serán atropellados por los camiones que atravesarán de forma constante esta carretera haciendo un macabro homenaje al comercio creciente del continente que originó la vida en la Tierra y en base al cual se ha tomado tan drástica y agónica decisión.
Sólo espero que el gobierno tanzano pueda, en algún momento de sus días aún venideros en el próximo año, hacer uso del refrán que todos conocemos: rectificar es de sabios y este, sin duda, es el momento de hacerlo. Pensarlo mucho, significaría quizás, llegar tarde al propósito de dar marcha atrás. 
Y quizás, incluso, sea el momento de que el Sr. Jakaya Mrisho Kikwete, Presidente de la República Unida de Tanzania, vea sentado en su sillón presidencial, la película El rey león que Disney nos regaló haciendo homenaje a su continente, donde todos los animales, en un ejemplo único a seguir por la humanidad, aúnan esfuerzo por unir valores de hermandad y solidaridad entre especies y rinden homenaje al ciclo de la vida, ese ciclo que otros se empeñan en aniquilar.

En contra de lo que Simba, Pumba y Timón quisieron enseñarnos con su Hakuna Matata, aquí no podemos cantar la misma canción, si bien nos gustaría poder hacerlo. Alguien se ha empeñado en que nuestros amigos los animales salvajes de África ya no vuelvan vivir tranquilos en libertad sin más amenaza de la que ya sufren por culpa de cazadores furtivos, reducción de hábitat y otros peligros, porque alguien ha querido sesgarles  sus rutas y romper su tradición ancestral: la gran migración Serengeti-Masai Mara.

Hay algún lugar en la Tierra, donde aún amanece la vida y las grandes manadas, todavía, corren en libertad, el último refugio de la mayor concentración de vida salvaje que aún queda sobre el planeta.


Por África.





10 comentarios:

  1. ¡Precioso reclamo, Eva! La voz corre. La energía fluye. Y aún confío en la capacidad del hombre para rectificar como parte de la capacidad de la Vida para sobrevivir.

    Un abrazo bien fuerte.

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  2. Me gustaría saber que, por una vez, sólo por una vez, el sentido común se sobrepone a los intereses políticos, económicos o de la índole que se quieran calificar, porque está claro que siempre es subjetivo, pero lo que no lo es, es que demacramos el planeta en pro de intereses que no forman parte de una evolución sostenible. Por favor, que esa carretera no se construya jamás, dejemos vivir libre a África, es un continente único, vivo, nuestro origen.

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  3. Pues como siempre los humanos destrozando la belleza,armonia que existe en la naturaleza, en este mundo en el que hay lugar para todo y todos,ojala rectifiquen por el bien de la humanidad que deberia integrar por derecho propio al reino animal,vegetal y mineral estamos unidos por un todo lo queramos o no.

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  4. Que final tan trágico para tanta belleza, confiemos en que la coordura, la sensibilidad y el buen sentido común, hagan rectificar tal catástrofe. Esperemos que la llamada de socorro sea escuchada y la vida natural, salvaje en toda su belleza, siga su curso y pueda seguir viva en esos pocos lugares en los que todavia no hemos dejado la devastadora huella humana.

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  5. Dudo que el gobierno de Tanzania rectifique su postura y decisión, sin embargo más le valdría haerlo, está en juego no sólo romper la ancestral tradición de la gran migración de África, sino que romperá gran parte del turismo que actualmente recibe con la finalidad de ver esa maravilla de la naturaleza. Si pretende beneficiar al país con el transporte del comercio, quizás sea en detrimento de los ingresos que recibe por el turismo. El Sr. Kikwete debería usar más el cerebro y menos la avaricia.

    Gracias Eva por hacernos llegar verdades que otros dejan pasar de largo como si no fueran importantes. Esto, de algún modo, nos afecta a todos.

    Un fuerte abrazo.

    Javier Gómez

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  6. Qué triste Eva, qué triste romper tan sagrada tradición, algo tan milenario, tan consagrado como una de las grandes migraciones del planeta...agradezco enormemente este aporte de luz sobre una realidad que otros (como las noticias en su día) mencionaron de pasada. Me gusta la atemporalidad de tus artículos, porque todos, así pasen cien años, seguirán dejando huella, unos porque consigues enseñarnos y otros, como este lamento de África, porque si finalmente se construya esa maldita carretera, las futuras generaciones sabrán que siempre hubo quien estuvo en contra. GRACIAS EVA.

    Un fuerte abrazo y dos besos, con enorme cariño.

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  7. Por África. Ojalá este artículo haga estragos...y entre todos ayudemos a parar tal barbarie de carretera...¡Serengeti-Masai Mara libre!

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  8. Gracias por vuestros comentarios, creo que correr la voz, en este caso, hace más bien que daño, por eso me gusta hablar de esas cosas que, como decís, para otros quedan en el tintero, con el propósito de hacer correr la tinta y que ésta cambie la historia llevándola a un final feliz y, por tanto, ético.

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  9. Nuestros hermanos no humanos vibran en sintonía con la Madre Tierra, y la Madre los protege, nosotros, "los humanos" no estamos en la misma vibración, a pesar de todo nuestra madre nos da todo, llenar nuestros corazones de buenos sentimientos para transmitirlos a la creación, ofrecer en vez de pedir y ayudar a todo aquel que se encuentre a nuestro alcance permitirá que cosas como esta ya no sucedan en un futuro, bien por hacer circular esta información, hay que tomarla y hacerla saber.
    Gracias

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  10. Habrá que adiestrar a los elefantes para que crucen la carretera, como hacían aquí los perros callejeros de los pueblos hasta hace bien poco.
    ¡A ver quién es el chulo que los atropella!

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