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domingo, 30 de enero de 2011

Torpezas y otras tonterías

Artículo publicado en la página 26 de La Vanguardia, domingo 30 de enero del 2011


A veces nos equivocamos, muchas veces, demasiadas. Tantas que podría parecer que no somos capaces de aprender. Pero siempre llega la vez. Esa vez en la que, de repente, todo queda claro, todo ocupa su lugar y la conciencia golpea fuerte, tanto que nuestra mente toma una determinación, la que nuestro corazón y nuestra razón han tomado de forma unánime. Porque si algo tiene el equivocarnos tantas veces, es que cuando por fin tomamos el camino correcto, mente y corazón van de la mano y no por caminos distintos, como suele decirse.


Ese es el momento en que todo cobra un equilibro asombroso, y esa es la vez en la que nos volvemos un poco más sabios, más conscientes de quiénes somos y de dónde estamos, incluso de hacia dónde queremos ir. Somos humanos y pecamos, en la mayoría de ocasiones, por soberbios. Otras por ignorancia y, otras menos, por desconocimiento. Cuando cometemos errores, no siempre estamos predispuestos a enmendarlos y, algunas veces, estamos predispuestos pero no sabemos hacerlo o nos falta el valor necesario. Partamos de la base de que el error es constructivo, nos sirve de experiencia para la próxima vez. En definitiva, es un aprendizaje. Por eso, la equivocación no debe ser un pensamiento tortuoso que nos condena. Seamos sinceros, aquella persona que nos ama incondicionalmente (pareja, padres, hermanos, amigos...) siempre nos apoyará en cualquier circunstancia. Y efectivamente, la gran capacidad de comprensión alcanzará a entender los errores cometidos.

Pero los tropiezos y meteduras de pata constantes que podemos cometer tienen también muchas veces un origen en el hecho de que no prevemos las consecuencias de algo mayor, a veces sólo queremos conocer hasta dónde somos capaces de llegar y acabamos originando un huracán que nadie deseaba, es aquí cuando realmente sabes con quién puedes contar al pedir perdón. No olvidemos que el perdón es un bálsamo para el alma, una nueva oportunidad de ayudarnos a evolucionar en la dirección de los errores cometidos.

En las Sagradas Escrituras ya se hablaba, desde los orígenes de la humanidad, de nuestra gran capacidad de equivocarnos de forma constante, de ahí la famosa frase centenaria que todos conocemos acerca de que el hombre es el único animal que tropieza dos veces con la misma piedra. Pero la imperfección es algo innato a todos los que hemos nacido bajo la condición de seres humanos, de modo que estamos obligados a avanzar para alcanzar nuestra máxima plenitud de perfección, y ahí sólo se llega con los tropiezos y equivocaciones necesarias, por dolorosas que puedan parecernos y por daño que nos puedan hacer nuestras torpezas.

La pregunta es ¿tenemos la capacidad necesaria para avanzar cada vez con menos equivocaciones, o debemos pasarnos toda la vida cayéndonos y levantándonos a base de tropiezos y otros golpes que tanto daño nos hacen al corazón y, a veces, a alguno que otro hueso? Siempre nos queda la esperanza de saber que reflexionar sobre nuestros tropiezos puede ayudarnos a equivocarnos menos y a enmendar más.

Porque rectificar, dicen, es de sabios y nos ayuda a dejar atrás nuestros errores, nuestras torpezas y otras tonterías.


16 comentarios:

  1. Como bien dices, equivocarse forma parte de la evolución personal, del guión de la vida. Puedes evolucionar rectificando o no evolucionar y reincidir una y otra vez tercamente. El ser humano es el único capaz de tropezar con la misma piedra no solo 2 veces si no infinitas, la virtud y el mérito no es no hacerlo nunca por dicha de la vida si no enfrentarse a ello, una sola vez.
    Felicidades por la publicación y por muchas más...

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  2. Bueno creo que el ser humano es el unico animal que tropieza con la misma piedra dos veces.
    Equivocarse forma parte del proceso de aprendizaje, pero creo que la parte mas importante es poder reconocer nuestros errores para ser mas evolucionados

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  3. Del error soy un experto y del perdón una eminencia porque lo recibo a diario y es que solo es Dios en su divinidad el que nos puede juzgar y aún así con el revolver cargado de nuestras propias culpas no nos lanza ni un solo tiro de vuelta. Me gustó su articulo y sé que hay mucho mas que decir al respecto.

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  4. Ni que decir tiene que la capacidad de rectificar es, sin duda, para todos, una necesidad imperante en nuestras vidas si queremos ser mejores personas con el paso de los días, de los meses y de los años.

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  5. El éxito no es definitivo, ni el fracaso total. Lo que cuenta es el valor de seguir adelante.

    Winston Churchill (1874-1965), estadista británico y premio Nobel de Literatura en 1953. Primer ministro del Reino Unido de 1940 a 1945.

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  6. Debe de ser que es así, porque, de otro modo, ¡no se explica sentir exactamente lo mismo! Quiero decir cuando haces referencia a qué se siente al tomar el camino correcto para uno: notas cómo la mente accede al fin a subir en la misma barca en la que aguardaba hacía tiempo el corazón, y cómo podéis partir bajo un mismo designio y dejando atrás la misma estela...

    Un fuerte abrazo, Eva, y enhorabuena

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  7. Como siempre, espectacular artículo, me encanta que escribas sobre algo tan común y cercano a todos, nuestras torpezas. Sin dudarlo, todos erramos si no a diario y, sin embargo, no todos reflexionamos acerca de nuestros errores, supongo que ahí está la diferencia entre los que aprenden y los que constantemente, como dices Eva, se caen y tiene que volver a levantarse una y otra vez en un sinfín que parece no acabar. Por suerte, creo que la mayoría tenemos la capacidad para no cometer los mismos errores siempre aunque, paradójicamente, a veces con equivocarnos una vez no ha sido suficiente y tropezamos en la misma piedra por segunda y hasta por tercera.

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  8. "Humano es errar, pero sólo los estúpidos perseveran en el error"

    Marco Tulio Cicerón -político, filósofo, escritor y orador romano-.

    Estela Ruval

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  9. Sin duda Estela, a veces somos estúpidos perseverando en el mismo error, pero otras veces como nos comenta Eva en el artículo, erramos por ignorancia de las consecuencias y de los hechos en cuestión, no por ser estúpidos, aunque no seré yo quien ponga en duda las palabras de Cicerón.

    ¡Un abrazo a todos los blogueros!

    Javier Gómez

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  10. Hola Eva, antes de nada felicidades por tu publicación en la vanguardia. Disfruta el camino!
    Gracias a nuestra madre tierra por darnos la capacidad de recapacitar, de ver y de rectificar. Y cuando por fin vemos, asimilamos y rectificamos nuestros errores el aire es fresco, la luz parece mas nítida y nos sentimos cargados de energía. Una vez más las señales que nos indican que estamos en el camino adecuado. un beso Eva!!! muaaaaa

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  11. Hola Eva, estoy de acuerdo contigo en el artículo, rectificar es de sabios y nosotros, como seres racionales y sabios debemos hacerlo y sobretodo sacar siempre lo bueno de lo aprendido en el error. Digo debemos hacerlo, es decir rectificar, pero desgraciadamente hoy en día no lo hacemos. Estamos demasiado ocupador para "ver" los errores y analizarlos, por lo que los "miramos" sin más y los dejamos pasar. En vez de detenernos a pensar y sacar lo bueno, creemos que es más rápido volver a empezar de nuevo, y ahí creo que radica el hecho de que "tropezamos siempre en la misma piedra. Supongo que el llegar a alcanzar el punto de reflexionar sobre los errores forma parte de la madurez, de ahí que los ancianos sean tan sabios, como dice el refrán, "sabe más el diablo por viejo que por diablo". Un saludo a todos. Buen día!

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  12. Muy buen articulo, que a modo de libro rojo , deberíamos llevar todos en el bolsillo para hojearlo de vez en cuando. Ya que los errores son humanos, y el animal no plantea la equivocación. Todo error es algo que salvaguarda el éxito, tal vez el éxito sin errores no tendría significado ni importancia, pues aparte de que en los errores se aprende también nos damos la razón con ellos y así de modo consciente o inconsciente los hacemos casuales y nos explican la historia del hombre.

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  13. y si, hay aveces que los errores nos pueden salvar de cosas peores, quien no conoce el típico cuento chino? o esos divertidos dibujos animados , donde una caída fortuita salva al personaje de una estrepitosa y mortal caída. Yo no separo el error del éxito ya que seria olvidar una valiosa lección, y quien diría, una posible victoria en el errar.

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  14. Eva! Felicitats per la publicació!
    Bé, m'estreno en això dels comentaris...
    Respecte als errors dir que qui digui que no comet errors va equivocat o no té ganes d'aprendre. Crec que els errors s'han de cometre, aprendre i reflexionar amb ells, sense obsesionar-se ni ser molt durs amb nosaltres mateixos. Només així aprenem, avancem i ens adonem d'allò que volem realment. Una abraçada!

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  15. Como siempre, gracias a todos por vuestros comentarios. No hay mejor manera de aprender que equivocándonos, porque el error a veces duele tanto, que se hará lo posible por no volverlo a cometer, sin embargo, aún y así a veces volvemos a tropezarnos con la misma piedra, pero al menos, lo haremos conociendo las consecuencias. Evolucionar significa cometer torpezas y otras tonterías, esta es una experiencia humana.

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  16. Errare humanum est...
    Yo siempre he dicho que la vida es prueba y error,para hacer las cosas bien has de saber aprender de los errores cometidos,si uno se cae,ha de saber levantarse y volver al camino...como bien dices Eva,la evolución consiste en cometer torpezas y demás tonterías para adquirir experiencias...

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