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domingo, 30 de enero de 2011

Torpezas y otras tonterías

Artículo publicado en la página 26 de La Vanguardia, domingo 30 de enero del 2011


A veces nos equivocamos, muchas veces, demasiadas. Tantas que podría parecer que no somos capaces de aprender. Pero siempre llega la vez. Esa vez en la que, de repente, todo queda claro, todo ocupa su lugar y la conciencia golpea fuerte, tanto que nuestra mente toma una determinación, la que nuestro corazón y nuestra razón han tomado de forma unánime. Porque si algo tiene el equivocarnos tantas veces, es que cuando por fin tomamos el camino correcto, mente y corazón van de la mano y no por caminos distintos, como suele decirse.

domingo, 23 de enero de 2011

La barbarie clandestina


En ocasiones, han llegado a mi correo electrónico y a mi red social virtual enlaces de vídeos que han sido grabados con cámara oculta de laboratorios donde se experimenta con animales y se practica la vivisección. No he sido capaz de verlos sola y le he pedido a mi marido que comparta ese dolor conmigo para abrir los dos juntos nuestra conciencia a una realidad que desconocemos en su profundidad y que sólo conocemos en su superficie. Es imposible soportarlo, es horrible, nada más inhumano, más amoral, más injusto, menos ético y más sobrecogedor que las imágenes de los laboratorios donde los animales son meras mercancías a merced de la tortura que acaba siempre en una muerte dolorosa y agónica. Se les provocan enfermedades como hepatitis, sida, tumores, alergias, cegueras, irritaciones en la piel y en los órganos genitales, se les inyectan hormonas, virus y otras sustancias en nombre de la ciencia y del progreso humano haciéndonos creer que es por un bien común para la humanidad, cuando muchos de los científicos arrepentidos de su trabajo en estos laboratorios han reconocido públicamente que la mayoría de ellos no sirven para el avance en la salud humana.

domingo, 16 de enero de 2011

Los cuerdos locos

Es impresionante, ¡no era el último, había llegado a tiempo!. Después de la maratoniana carrera  había alcanzado su objetivo, ¡ya era suyo, lo había conseguido!.

Pero, ¿dónde vamos?...no entiendo por qué siempre corremos por las calles, por qué parece que siempre llegamos tarde a un sitio, ¡como si en cada paso andado nos fuera la vida!. ¿Es el tiempo de los locos o acaso somos cuerdos inconscientes?. Tal vez, sólo seamos cuerdos locos a los que nos gusta complicarnos la vida. En cualquier caso, a veces decimos no tener tiempo para ir al gimnasio y ponernos en forma pero, sin embargo, no renunciamos a correr por las aceras mientras vemos escaparates con maniquís perfectos y restaurantes atestados de gente tomando una copa después de la oficina mientras miran el reloj porque también hay prisas por volver a casa. Esto no es sano, sin dudarlo no es más que una forma de ahogarnos los pulmones y el corazón en un incesante y acorralado latido al que le obligamos a vivir cada día que empezamos.

domingo, 9 de enero de 2011

La savia sabia



Quizás porque, a pesar de los años, aún no hemos aprendido a ver más allá de nuestras narices, quizás porque nos parece extraño y nos deja en escalones inferiores el pensar que otras especies puedan mostrar signos de inteligencia, quizás por nuestra incapacidad de evolucionar en pro de una mente abierta y una visión más amplia que no contemple sólo el ser humano como  único ser capaz de reaccionar ante las dificultades y, quizás, por nuestra más absurda de las razones y nuestra más que conocida torpeza en nuestro propósito evolutivo, pocos conocemos que una planta también se defiende de sus enemigos y ama a sus amigos.

domingo, 2 de enero de 2011

Nuestro cosmos interior


Dicen que la mente en blanco sólo se consigue con la práctica habitual de la meditación, totalmente cierto. Yo tengo la mía en este momento absolutamente llena de conceptos mezclados y cientos de recuerdos. Mejor dicho, tengo tantas ideas y tantas cosas en mi cabeza que todo se ha congregado de forma tan hermética que parece un agujero negro que todo lo atrae y absorbe, comprimiéndolo de forma tan compacta que luego separar cada idea de su núcleo central (mi mente) para expresarla me parece algo imposible. Estoy en medio de un constante ir y venir de ideas, en medio de una gran ebullición.