facebook

domingo, 23 de octubre de 2011

Por momentos, toda una vida



Por momentos nos contradecimos muchas veces, por momentos pensamos una cosa pero decimos otra. En ocasiones por momentos, en ocasiones toda la vida.

La sinceridad con uno mismo es la más difícil de las verdades, aquella que probablemente más daño nos hace, porque no nos olvidemos que la auténtica verdad es la que duele. Aunque también nos da grandes alegrías. ¿Quién se ha atrevido a ser honesto consigo mismo desde el inicio de su capacidad de raciocinio y análisis?.
                                                               
Pocos levantarán la mano, sin embargo alguien lo hará, algunos haciendo uso de su honestidad y otros volviéndose a engañar a sí mismos.

Lo cierto es que no es fácil mirarse en un espejo y decir en voz alta lo que somos o hacemos siendo críticos  y objetivos, también porque ser objetivo cuando uno habla de sí mismo es algo que nunca nos enseñaron a hacer. En nuestra época de colegio nos enseñaron matemáticas, historia y geografía, pero nunca nos enseñaron la gran lección que es mirar al mundo con la cabeza alta y las pupilas fijas en la rectitud de una sinceridad de nuestra condición, la de ser sinceros frente a nuestro entorno y nuestro corazón, una mente clara y abierta para reconocer que somos capaces de equivocarnos constantemente pero también de aprender si nos lo proponemos de cada error cometido. El camino de la vida es un camino tortuoso pero, por momentos, nos encontramos grandes llanuras donde caminar, incluso correr, es mucho más fácil y placentero. Sin embargo, como apenas nos enseñaron a caminar, volar se nos hace impensable.

Debemos romper las barreras que nos limitan, acabar con los muros de lo políticamente correcto para volvernos auténticos, vivir el aquí y ahora por encima de los proyectos futuros y, sobre todo, por encima de los recuerdos que nos ha dejado el pasado. Ser nosotros mismos para alcanzar la felicidad de una vida plena, vivida bajo los criterios de nuestros principios y fuera de un sistema donde siempre imperan las tendencias y lo socialmente aceptable, aunque esto no sea lo que queremos ni de lejos.

Pero la valentía parece ser el don de unos pocos, y la sinceridad con uno mismo requiere coraje, empuje y firmeza, tanta que no permite la flaqueza en ninguna ocasión. Ser débil implica perder la partida y el jaque mate del fuerte brilla por encima de la debilidad de las personas cuya fuerza es tan pequeña que jamás tendrán el valor de usar la sinceridad en cada gesto y acto dedicado a construir su destino, su andar hacia la vuelta al origen cuando se alcanza la edad anciana y apenas nos quedan unos años para reflexionar sobre quiénes somos y qué hemos hecho.

La vida es un instante y en él tenemos todas las posibilidades, tenemos que saber elegir y, en este campo, tampoco tuvimos escuela que nos enseñara a distinguir cuáles son las correctas a simple vista, aunque en esta ocasión, podemos celebrar que así haya sido, porque nadie en nuestro lugar puede escoger por nosotros y hacerlo sería otro error. Sin embargo, tenemos una gran maestra que nos acompaña en el camino, la vida misma. Sólo tenemos que aprender a interpretar las señales que en ella se nos da, como si desde alguna otra parte del Universo alguien quisiera tendernos una mano para alumbrar nuestro camino.

Por momentos vemos la luz, por momentos nos mantenemos en la oscuridad.  Seamos auténticos, sólo nosotros mismos. Por momentos, construyamos toda una vida.

18 comentarios:

  1. Excelente artículo Eva. Sin dudarlo, vivir bajo los principios de sinceridad absoluta y lealtad a los criterios propios sólo alcanza a las mentes brillantes. Yo te considero una de ellas, porque no sólo lo haces, también lo predicas.

    Un abrazo enorme.

    ResponderEliminar
  2. Nunca dejará de sorprenderme la capacidad que tienes para expresar con tus palabras la libertad de muchos, eres la voz de la conciencia de más personas de las que te imaginas.

    Gracias Eva.

    ResponderEliminar
  3. Interesantes reflexiones, Eva. La vida es la mejor escuela que siempre tendremos. El asunto es aprender de la experiencia y no tratar de no tropezar con la misma piedra tantas veces.
    Besos,
    Blanca

    ResponderEliminar
  4. Te acabo de leer. Una vez más con provecho. Reflexionando si los demás me ven como yo soy en realidad, en coherencia. Ser, no parecer. Ser lo que uno es. Con naturalidad, sin máscaras ni disimulos. Y sin absurdos miedos al que dirán. Levantar bien alto lo que uno cree, izar el alma. Así, que los demás vean la verdad de lo que somos. Con gallardía de corazón, con pasión. Y sólo de esta manera obtendremos respeto por lo que pensamos y somos. Incluso admiración. El mundo ya está cansado de vaguedades, de personas tibias y calculadoras, sin alma. El mundo necesita lo que dices: gente auténtica, sin doblez ni engaño, gente buena y trasparente. Sólo así.

    ResponderEliminar
  5. Como tú dices, "la vida es un instante". Ahora.

    ResponderEliminar
  6. "Por momentos vemos la luz, por momentos nos mantenemos en la oscuridad. Seamos auténticos, sólo nosotros mismos. Por momentos, construyamos toda una vida".

    En estas últimas palabras expresas todo lo que creo que sentimos el resto de los mortales, aunque pocos sean los que se atrevan a izar el alma como afirma Guillermo en su comentario.

    Felicitaciones Eva, cada vez me gusta más leerte.

    Un beso.

    ResponderEliminar
  7. Bravo Eva, me ha encantado.
    Gracias por regalarnos tanto de ti.
    La vida es nuestro instante, el propio que cada uno debe andar. Debemos elegir bien nuestros actos y pensamientos.

    ResponderEliminar
  8. Sin palabras, me has dejado anonadado Eva. Admirable.

    ResponderEliminar
  9. Me a gustado mucho tu escrito Eva, creo que dia a dia te vas superando a ti misma.
    Enhorabuena, un beso!!!

    Jaume

    ResponderEliminar
  10. Hola Eva, me ha encantado la entrada de hoy, bonitas reflexiones. Son lecciones que deberiamos de repetirnos hasta la saciedad, hasta que nuestro subconsciente lo aprendiera de memoria para poder ejecutarlas de manera automatica, siendo asi nos irian mejor las cosas, sin duda. (Perdon por no poner los acentos, pero no me funciona bien el teclado).
    Un beso muy fuerte, te sigo leyendo todos los domingos.

    ResponderEliminar
  11. Precioso y sabio Eva.Te felicito .
    Un abrazo enormeeeeee..................Ita.

    ResponderEliminar
  12. La vida és la mejor lección y el mejor aprendizaje que podemos tener. Por muchas lecciones inculcadas, sinó las aplicamos, no nos sirve de nada en absoluto.
    El día a día, el aprender de nuestros errores, el no vivir del pasado ni esperar que nos llegue el futuro... más bien, vivir el presente, és lo que nos hará mantenernos en una realidad constante. Y antetodo ser sinceros con nosotros mismos para saber por donde encaminar nuestro trayecto.
    Que más decir de una reflexión que nos tendríamos que decir y aplicar a constantemente :D
    Un fuerte abrazo mi querida amiga :)*

    ResponderEliminar
  13. Qué cierto es todo lo que dices...y que difícil resulta a veces saber la verdadera verdad...Me gustó mucho leerte!!

    Un beso enorme preciosa!!

    ResponderEliminar
  14. un placer leerte, pasate por mi blog, en él expongo algunos poemas de mis libros: www.rubensuarezvalverde.blogspot.com

    ResponderEliminar
  15. """Sin embargo, como apenas nos enseñaron a caminar, volar se nos hace impensable."""".
    creo que en esta frase, lo dices todo!!! muy bueno Eva.muy verdad

    ResponderEliminar
  16. La vida es un instante, sí. Toda una lección, Eva.

    ResponderEliminar
  17. Un gran articulo, de bellas palabras ,las cuales describen con enorme precisión ,vida, de donde venimos y a donde vamos, como vivimos cada instante, desaprovechamos mucho el tiempo en nuestra vida.............si no es asi, acertamos viviendo de esta manera, de cualquier forma ,no somos nosotros los que elegimos.............enhorabuena y gracias por compartir..........un abrazo..........

    ResponderEliminar
  18. Real!! -Mente brillante
    Excelente artículo Eva.

    ResponderEliminar

Deja tu comentario