Adelante

“Es considerablemente difícil creer en la libertad cuando vivimos en una sociedad llena de impuestos. Impuestos morales, impuestos económicos, impuestos protocolarios, impuestos de prejuicios, impuestos absurdos que nos llenan la vida de absurdidades emocionales, consiguiendo que nos hallemos encadenados a un montón de pagos que son imposibles de ignorar en nuestros quehaceres cotidianos y en nuestras conductas cotidianas, en nuestras decisiones y en nuestros gestos para con los demás. De ahí, nuestra no-libertad. Porque en la huella de cada paso que damos yace alguno de estos impuestos poco gratos que no nos dejan expresarnos desde nuestro interior tal cual somos, sin apariencias impuestas por otros desde que venimos al mundo. Y es de esto de lo que debemos desprendernos a conciencia, tomando las riendas de nuestra fuerza interior para expresarla y mostrarla al mundo tal cual es, en su forma y contenido. En su esencia.

Sólo de este modo, cuando nuestra voz calle con la muerte, nuestro corazón seguirá hablando al resto del mundo. Sólo de este modo, seremos quienes realmente somos. Pensemos que, en nuestro camino, nada es imposible y que cuanto deseemos que suceda, sucederá si no bajamos la mirada y nos mantenemos firmes en la búsqueda de luz en nuestra ventana, la que asoma a nuestros ojos cada mañana al despertarnos y empezar un nuevo día.  Nuestra mente tiene el poder y nuestras emociones son el camino que canaliza esa fuerza poderosa que nos lleva a la consecución de nuestros éxitos y fracasos. El secreto consiste en visualizar y tener fe en uno mismo para que, con confianza y cariño, avancemos en nuestros pasos en busca de horizontes de forma que cuando encontremos el deseado, podamos construir otro nuevo al que salir a buscar, y evolucionar en cada historia vivida, en cada experiencia sucedida, en cada ser que se cruza en nuestro camino, tender la mano al que empieza y adelantar nuestros pies por las sendas que vayamos construyendo. Ir con nuestra libertad por bandera y nuestra fe y esencia al descubierto, sin miedos ni incertidumbres, sólo con la creencia de saber que somos siempre capaces de alcanzar lo que hemos venido a buscar y a dejar. Lo que hemos venido a hacer. Capaces de dejar nuestra huella hundida en la tierra, de forma que petrificada en el tiempo, continuará, no sólo en un plano energético sino físico para aquellos que necesiten saber cómo conseguimos llegar nosotros a nuestro feliz final. Nuestro destino, el que empezamos a forjar cuando nacimos fuera el día que fuera, en este mundo, cómo alcanzamos a saber cuál era nuestro propósito. Y esta huella sólo se deja marcando el paso por donde quiera que pasemos. Y marcar el paso es libertad de caminar en la dirección que de forma libre hemos escogido.

Adelante. Por todos los sueños que están por venir, por todas las cosas que nos quedan por aprender, por alcanzar siempre un mayor grado de evolución, por tocar la perfección de la vida y descubrir que por dentro somos un potencial inmenso de energía que da y recibe de forma constante.

Adelante, descubramos nuestra verdad.”

Este es un texto perteneciente a las páginas 193 y 194 de mi obra “La verdad Scarlata”, un canto a la libertad y al despertar de nuestra mente, el tercer ojo que ve más allá de lo visible y aparente. La sabiduría interior que une lazos para que el colectivo avance en pro de un mundo más ético y menos protocolario.

Adelante siempre, en evolución.