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domingo, 20 de marzo de 2011

Una lección ejemplar



Hoy ya nadie puede poner en duda que Japón se ha convertido en un ejemplo de civismo, de solidaridad y de ser un país cuya escala de valores se ha basado desde hace mucho tiempo, pero el necesario, en el trabajo constante, el esfuerzo y, especialmente, en el principio de la comunidad sobre el individualismo. Un ejemplo para el resto del mundo donde a todos nos ha quedado claro que el pilar fundamental de la educación japonesa se sostiene en la lealtad y el sacrificio individual por el bien colectivo.

El colectivo, en este caso, lo forman las millones de personas que pueden verse afectadas ante la crisis nuclear que, tras el terremoto que originó el tsunami, está experimentando el país, principalmente, en Fukushima Daiichi, mientras que el sacrificio está representado por los 180 técnicos que desde días atrás trabajan sin descanso para conseguir la refrigeración de los reactores de la central.

No sabemos quiénes son, no conocemos sus nombres, ni tampoco su edad, ni tan sólo sus condiciones de trabajo ni el tiempo que pasarán expuestos a tan alta radiación ocupando un primer plano, hasta que consigan su propósito. La radiación en el entorno de los reactores de Fukushima ha llegado a alcanzar los 400 milisieverts a la hora, niveles muy superiores a los permitidos para que nuestra salud no peligre y que está en  20 milisieverts al año. Dentro de los reactores, donde trabajan los técnicos, el nivel de radiación es incluso superior a los 400 milisieverts a la hora mencionados. Algo terrible, y aún conscientes de ello, voluntarios que entregan sus vidas en pro de su país.

Sabemos que trabajan a oscuras, con linternas. Su equipo consiste en monos blancos dotados de capuchas y guantes que no son herméticos. Respiran oxígeno que cargan con botellas a la espalda. Su misión es bombear cientos y cientos de litros de agua de mar por minuto sobre los núcleos incandescentes de los reactores. La temperatura del núcleo alcanza los 2.000 grados y el agua se evapora de inmediato, por lo que no pueden impedir las fugas de hidrógeno, que explota en contacto con el aire. Las explosiones les han alcanzado de pleno. El resultado, por ahora, son 5 operarios muertos, 2 desaparecidos y 22 heridos. Los que resultan contaminados sufren todos los síntomas de una radiación salvaje: náuseas, descomposiciones e infecciones en la piel.  Sus defensas caen en picado y saben que pueden desarrollar leucemia y otros tipos de cáncer.

Sin embargo, nadie habla de ellos, nadie imagina la desazón de esos 180 técnicos que, contra reloj, trabajan sin descanso por el bien de muchos, nada menos que de todo un país.
Auténticos héroes entregados a una causa. Admirable para que, desde nuestros corazones, los tengamos en la más alta admiración. Si logran evitar la catástrofe de una fusión  de los reactores de Fukushima, sólo ellos habrán sido los salvadores y verdaderos protagonistas de tal éxito.

Quisiera, en su nombre, que cada habitante del planeta, les dedicara una grulla, el símbolo de la paz para Japón porque, según cuenta su tradición, a quien realice 1000 grullas en forma de papel (origami), los dioses le concederán un deseo. Las grullas de origami no son más que un simple ejercicio de catorce movimientos de papiroflexia y que se convirtieron en un emblema tras la Segunda Guerra Mundial gracias a Sadako Sasaki. Esta niña sólo tenía dos años cuando cayó la bomba atómica en su ciudad, Hiroshima, y parecía que no le había afectado. Sin embargo, cuando cumplió los nueve años, se le detectó una leucemia, causada por la radiación de la bomba. Estando en el hospital, una de sus amigas le regaló una grulla de papel y le contó la leyenda. Entonces ella empezó a hacer grullas, pero murió cuando tenía 644 grullas, en octubre de 1965. No pudo hacer las 1000 que contemplaba  la leyenda para que aquellos dioses le concedieran el deseo de curarse y volver a casa con sus padres. No tuvo tiempo.

Los amigos de Sadako acabaron las grullas de papel que faltaban y recolectaron fondos para construir un monumento. De ahí surgió la estatua del parque de la Paz, en Hiroshima, la de una niña que levanta con sus brazos una grulla. Desde entonces, cada 6 de agosto, día de la Paz, los niños japoneses dejan sus figuras de papel a los pies del monumento, donde si prestamos atención, podemos leer:

“Este es nuestro grito, esta es nuestra plegaria: paz en el mundo”.

La grulla de la paz deja paso estos días a la grulla de la solidaridad. Alcemos entre todos la voz para enviar nuestros más sinceros mensajes de apoyo a un país que hoy camina entre los escombros de una catástrofe que ha dejado sin esperanza a demasiadas personas.

Intentemos, en la medida de lo posible, devolver la vida y la ilusión a un país que, a pesar de sus circunstancias actuales, nos ha dado una lección ejemplar.

15 comentarios:

  1. me dejas sin palabras y me sumo a ese grito de
    PAZ EN EL MUNDO!!


    Un beso Eva!!

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  2. Buen analisis, pero no puedo estar de acuerdo con que el beneficio colectivo prime sobre mi beneficio personal. Por otro lado, en japon no se "sacrifican" por el pais, lo hacen por sus familias y los beneficios economicos que reciben si ellos mueren (como los kamikases de la segunda guerra mundial)

    Japon es ujn ejemplo de sociedad individual, que al trabajar junta forman un colectivo, pero no te olvides que japon es el ejemplo mas claro del capitalismo e individualismo.

    Fco

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  3. Lamento en estar en desacuerdo contigo Francisco, bajo mi punto de vista Japón es un ejemplo de organización y trabajo en equipo en pro de un beneficio colectivo que empieza por el bien de la propia familia del individuo, pero se extiende por ende al resto de la sociedad. Bajo mi punto de vista, Japón ha evolucionado y ocupa un lugar puntero en la economía mundial justamente porque aúnan esfuerzos y se piensa en el prójimo más allá que en uno mismo.

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  4. No lo lamentes, yo no busco que nadie este de acuerdo conmigo, me basta con yo estar de acuerdo conmigo mismo (soy un ser individual, no colectivo) y esa es la idea de la sociedad japonesa... la colectividad japonesa parte del individuo y no al revez. El Japones no actua pensando en el bien social, actua pensando en su bienestar individual, eso si, sabe que si el es "rico" y todos son "ricos" entonces la sociedad lo será... pero no es lo que buscan como fin último.

    Por otro lado, ninguna sociedad que económicamente piense en el prójimo podrá progresar, por que eso implica quitarle a unos para darle a otro y eso es comunismo y está demostrado que fracasa.

    EN Japon lo que se tiene es un alto sentido FAMILIAR, y la actuación individual tiene que ir siempre centrado en la familia como ultimo y mayor beneficiario de nuestras actuaciones. Y hasta eso se está perdiendo en la cultura japonesa actual...

    para ejemplo una noticia de enero de este año en La Vanguardia

    http://www.lavanguardia.es/internacional/20110129/54107299900/la-carcel-ultimo-refugio-de-los-ancianos-japoneses.html

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  5. Japón era, hasta hace muy poco, la segunda economía del mundo superada sólo por EEUU, pero contando con el 3 % del territorio que ostenta este último y con menos de la mitad de los habitantes. Hoy, debido a la deflación de su economía y a la catástrofe que lo azota, ocupa el tercer lugar.

    Si nos hubiéramos preguntado hace 3 meses el nombre del presidente de Japón, pocos hubieran pasado la prueba de acertarlo. Más difícil hubiera sido acertar si tienen sistema presidencialista o parlamentario. ¿Recordamos el nombre de alguna personalidad de Japón?

    Si continuáramos preguntándonos qué cosas conocemos de ellos, muy rápido se nos vendrían a nuestras cabezas entre otras cosas, marcas de autos, de electrodomésticos, de relojes: Sony, Toyota, Sanyo, Toshiba, Panasonic, Nissan, Honda, Mitsubishi, Fujitsu, Citizen, Casio, Nikkon, Minolta y podríamos seguir.

    El objeto de todo este ejercicio, es el de intentar demostrar que lo que principalmente conocemos de este país son organizaciones, empresas que trascienden las personas y las individualidades y que su éxito está montado sobre una manera de trabajar colectiva que tiene diferentes orígenes.

    Por un lado se atribuye el origen de esta manera de ser a la cultura oriental, y si bien es cierto que occidente tiene una cultura más individualista, países occidentales como Canadá, Suecia, Noruega, Finlandia o Alemania se encargan de romper ese argumento.

    Por el otro son ellos, los japoneses, que explican el “grupismo” o colectivismo a partir de la cultura del cultivo de arroz que data de 2300 años. Dicen, hablando de ellos mismos, “que las culturas agrarias a diferencia de las nómades, demandan cooperación comunitaria, disciplina y sentido del destino común”, atributos estos que no hemos podido verificar aún en nuestra cultura agraria pampeana, echando por tierra esa segunda justificación.

    Es difícil y no vamos a descifrar aquí las razones por las que esto sucede. Pero en la conducta cotidiana de los japoneses el trabajo asociado, integrado es constante. Casi podríamos decir que es difícil ver a alguien tomando una decisión individualmente. Todo es producto de un trabajo grupal, y que con un poco de humor se puede decir que es un comportamiento similar al que se observa en el sistema de trabajo que realizan las abejas en una colmena.

    En las grandes empresas es muy común observar que desde el empleado que realiza la tarea más sencilla hasta los gerentes de planta, utilizan un mismo uniforme de la empresa, lo que los pone a todos en un plano de igualdad más allá de la responsabilidad que cada uno tenga, y para un empleado los intereses de su empresa siempre están por encima de los propios.

    Se podría pensar que una cultura tan grupal impediría el desarrollo personal, pero ellos entienden que el éxito individual, es el éxito del grupo y es en ese trabajo asociado donde se ponen en juego las ideas, creatividad e ingenio individual, potenciándose con las de los demás.

    Lo cierto es que una condición se da allí y es que mucha gente debe convivir en muy poco espacio y con muy pocos recursos explotables, y en ese contexto la convivencia en armonía es su único destino.

    Hay dos refranes populares que allí se repiten a diario además de llevarlos a la práctica, y que representan fielmente su manera de ser. Uno que se utiliza para quienes intentan sobresalir del resto: “El clavo que asoma su cabeza se lo mete para adentro”. Y el otro cuando enfrentan una contrariedad como la actual: “Semáforo en rojo, si cruzamos todos juntos no nos pasa nada”.

    Sin duda Eva, una lección ejemplar.

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  6. Pese al panorama desolador que está viviendo el pueblo nipón, los japoneses afrontan los problemas de abastecimiento y suministro eléctrico con entereza y civismo, propias de un pueblo con fuerte sentido de la comunidad y educado para afrontar emergencias.

    De hecho, no se ha hablado ni de un sólo saqueo en las zonas más devastadas por el seísmo, donde el orden en las filas y la contención es la norma. La tercera economía mundial, que hoy vio como la bolsa de Tokio ha caído empicado pese a la intervención del Gobierno, tiene por delante meses complicados, partiendo de un presente de fábricas paralizadas, apagones de luz y escasez de alimentos y bebidas en la franja de su territorio más castigada por el seísmo.
    Obviamente, la superación de tan grave catástrofe no es viable desde el punto de vista de la supremacía de un principio individualista como expone Francisco Riera, sino solamente desde el punto de vista de un predominio del trabajo en equipo y la cooperación que aúna esfuerzos en pro de una comunidad. Empecemos con el ejemplo que la autora nos da y que es absolutamente real, los 180 técnicos que están arriesgando sus vidas en beneficio del resto del país. Si esto no es sentido grupal, ya me dirán a mí qué es entonces. Por eso, no sólo comparto opinión con la autora y con Luis María, sino que además, el título escogido por Eva para este artículo me parece excelente. Yo también me sumo: una lección más que ejemplar.

    Un abrazo bien fuerte Eva.

    Estela Ruval

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  7. Hola, Eva.

    Yo, como Sensaciones, solo quisiera gritar: ¡¡¡ Paz en el mundo !!!! Todo lo demás, da igual ahora mismo.

    Un fuerte abrazo

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  8. Preciosa historia sobre la grulla como símbolo de paz del pueblo japonés. Yo llevaré la grulla en mi mente y en mi corazón a sabiendas que el pueblo nipón, como siempre ha hecho, volverá a levantarse. Porque su espíritu de unidad y comunidad los hace fuertes y les devolverá la esperanza. La solidaridad siempre es la base. Excelente Eva, me ha gustado mucho.

    Un beso.

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  9. "La no-violencia completa es completa ausencia de mala voluntad hacia todo lo que vive. La no-violencia, en su forma activa, es buena voluntad hacia todo lo que vive. Es perfecto amor".

    Mahatma Gandhi

    Creo que esta frase resume muy bien el sentido de civismo y solidaridad del pueblo japonés.

    Un saludo a todos, un abrazo Eva.

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  10. http://www.lavanguardia.es/opinion/editorial/20110316/54129221828/elogio-del-civismo-japones.html

    Este es un artículo de La Vanguardia que defiende, como yo, el sentido de la comunidad por encima del individualismo del pueblo japonés.

    Un abrazo a todos.

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  11. Mis saludos y felicitaciones, antes de nada!

    Prosigo con un breve inciso: Gracias por esforzarte en replicar con hechos las bocas que proclaman el individualismo como método de éxito, en contra de la "sociedad" como sistema de progreso (no quiero ni necesito extenderme más en ese tema).

    Una vez dicho esto, me voy a centrar en el tema de tu artículo.
    Como de costumbre, me encanta ver tu postura, como la expones con documentación, ejemplos veraces y de fácil lectura. El modo en que consigues conjugar la información con ternura y sensibilidad, sea cual sea el tema del cual estés hablando.
    Incluso te esfuerzas en demostrar lo que escribes, a las personas que dicen desmontar tus argumentos del artículo (pero ese sería otro tema a debatir y no toca).

    Como todas las culturas, la japonesa tiene sus pros y sus contras. Y si consiguiéramos extraer lo mejor de cada una, sería la forma de unificar una sociedad que caminase junta en pos de un futuro mejor.
    No voy a realizar un escáner de como son los japoneses y su cultura en todos sus aspectos y si es mejor o peor que otras... solo voy a destacar algo que nos ha sido y sigue siendo evidente a los ojos de todos nosotros y es que su comportamiento ante la adversidad que están viviendo, dista mucho del que tendrían ciertos países y o culturas (hechos que hemos podido comprobar muy recientemente).
    Esto último me ayuda a corroborar lo expuesto anteriormente y lo expongo; si se consiguiera extraer lo mejor da cada cultura y religión, ¿cuanto bien nos haría a la sociedad? Hay lo dejo.

    Darte las gracias por acercarnos un poquito mas a esa cultura, la japonesa, con este artículo tan sencillo y expresivo a la vez.

    Junto mi apoyo con el tuyo y el de todas las personas, para que vuelvan lo antes posible a una normalidad relativa y hayamos aprendido una lección con todo lo ocurrido.

    Mil besos Eva y hasta pronto

    Este amigo que te sigue y te aprecia

    Pedro

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  12. Eva, me ha parecido un artículo extraordinario, cercano y humano.

    Estoy de acuerdo en que la sociedad nipona nos está dando un grandissimo ejemplo de Civismo. no voy a entrar en el individualismo o colectivismo, aunque opino lo mismo que tu, ya que se trata de sacar una enseñanza de este horrible suceso, y para mi es el inigualable civismo con el que están gestionando las ayudas, la atención médica y los abastecimientos.

    Si pudiera haría volar miles de grullas en el cielo japones para dar esperanza y coraje a todos los damnificados.

    Un beso y gracias por centrarte como siempre en la parte humana de cada historia.

    tu siempre admiradora,
    Michelle

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  13. Por cierto el video me ha parecido.... no tengo palabras.. creo que mis lágrimas han dicho todo lo que tenían que decir...gracias por compartirlo.

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  14. Demasiada poca información y todavia muchos clarobscuros para esta exaltacion del civismo y heroicidad de la sociedad japonesa

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  15. Qué pena este debate alternativo cuestionando los motivos que mueven a estas personas, en medio de la tragedia que no se esperaban ( lo digo porque ellos no han tenido tiempo para analizar por qué actuan como lo hacen a continuación ).

    Debiéramos tomar nota tan solo de lo bueno que hay en los hechos. Ante un buen gesto, una palabra amable, un comportamiento heroico... creo que sobran las palabras, y sobre todo creo que lo que más sobra es preguntar por qué.

    Un abrazo especial para Eva y Michelle !!

    Por cierto, Eva, hay una pregunta en: "Ode to my Wild Women" aún sin responder.. jiji

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