facebook

domingo, 27 de marzo de 2011

Taconeando en las entrañas


Lidiar con uno mismo siempre es la más difícil de todas las batallas, donde más tienes que perder pero, también, donde más tienes que ganar.  En nuestra cotidianeidad, cada día nos enfrentamos a conflictos personales. Quizás la palabra conflicto sea un tanto mayor para describir las decisiones que tomamos  a diario y sobre las que nos hacemos preguntas y sopesamos las posibles consecuencias, pros y contras. Pero en cualquier caso, grandes o pequeñas, las decisiones tomadas a lo largo de nuestros días en nuestro caminar por la vida generan conflictos internos y nos obligan a reflexionar de forma constante sobre muy distintos hechos, situaciones y entornos.

Esto, bien llevado y observado, nos permite evolucionar si en cada decisión, en cada lidia con uno mismo, somos capaces de valorar los hechos y circunstancias, es decir, los argumentos que nos decantan hacia un lado de la balanza o hacia el otro.  Claro está, valorarlos y analizarlos, estudiarlos con precisión. Y esto es, por tanto, parte de una evolución propia que experimentamos. Sin embargo, en esta permanente lucha, a veces fácil y otras arduamente complicadas, no todos evolucionamos de igual forma, no todos avanzamos al mismo ritmo y no todos escogemos crecer. He aquí la diferencia entre las personas, los grados de evolución.


Las mentes evolucionadas, aquellas que no dejan de querer aprender, de desear conocer, de absorber nuevos conceptos, nuevas emociones y retos, son las que se cuestionan y observan todo. Y todo es todo, lo fácil y lo difícil, lo que gusta y lo que desagrada. Pero en los diferentes grados de evolución, nos encontramos con individuos que sólo se detienen a analizar y a escudriñar las decisiones que son agradables y generan emociones positivas, mientras que otros ni las positivas ni las negativas y, finalmente, otros, los auténticamente evolucionados o en plena fase de evolución, realmente analizan todo y siempre.

En cualquier caso, el proceso que define la toma de una decisión,  la determinación hacia un camino u otro, siempre va acompañado de preguntas y respuestas muchas veces profundas que nos hacen vernos a nosotros mismos como si nos reflejáramos en un espejo, nos hace analizarnos, porque cuando decidimos analizar los argumentos y circunstancias al respecto de un conflicto que nos ronda la mente y el corazón, estamos decidiendo analizarnos también a nosotros mismos, y florece entonces nuestro interior, empezamos el autoconocimiento, empezamos a conectarnos con nuestra esencia, a destapar nuestras emociones más íntimas, empezamos a brillar y, por tanto, de alguna forma, desprendemos parte de nuestra belleza natural irradiando luz, empezamos a ser auténticos, nos desnudamos frente a nosotros mismos y frente al resto, aunque la autenticidad siempre reside en la sinceridad con uno mismo, por eso, la lidia interna, la lucha y el enfrentamiento para con uno mismo, es siempre la más grande y difícil de las batallas, porque vencer a los otros no es evolución. Sin embargo, vencer los miedos y dudas de uno mismo sí lo es, y es expansión, conocimiento propio, amor a los seres dotados de vida y sensibilidad, justo lo que somos cuando nacemos.

Es el camino de regreso a nuestro origen, el Yo interior. Donde todos debemos volver cuando logramos alcanzar el grado máximo de nuestro propio crecimiento, la perfección de nuestra belleza natural que reside en nuestro interior,  venciendo tormentas internas de miedos e incertidumbres para escoger evolucionar. Como dice una vieja amiga: ¡taconeando!.

Taconeando sí, en las entrañas. Con paso firme y sonoro. Hacia el éxito de la lidia con uno mismo.

11 comentarios:

  1. Hasta que la muerte nos separe,
    iremos caminando hacia ningún sitio
    para llegar, cansados de tanto taconear,
    hasta el punto de partida
    de donde partiremos una vez más
    en dirección a un futuro,
    consecuentes con el ayer y el hoy...
    Llenos por casualidad de esperanza.

    ResponderEliminar
  2. Taconeando y pisando fuerte estás tú!! y me alegra mucho de verdad, porque después de un éxito viene otro y otro, ya veras!!
    si es que la vida es así, preguntar, decidir y volver a empezar...una rueda en la que vamos aprendiendo a conocernos cada día un poquito más

    Sabes? me he visto reflejada tantas veces en tu escrito de hoy...que opté por no pensar tanto
    por no cuestionar tanto...y si, en el silencio de mi yo interior descubrí todas las respuestas...
    a veces hay que poner una balanza, pero, otras veces es mejor dejarse llevar, no crees?

    Un beso preciosa!!

    ResponderEliminar
  3. Muy bonito tu blog, con espléndidas fotografías, y unos consejos que deberíamos guardar.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  4. Qué suerte tener 18 años e ir taconeando con fuerza, sin miedo. Qué suerte tener casi 31 y apreciar los miedos que has acumulado y la liberación de saber que no somos tan importantes, que arriba con la valentía porque todo está en nuestras manos y taconeando fuerte ya es una seguridad que si sale mal...sabremos cómo volver a repararlo y volver a continuar el camino. Adelante Eva!!!!!!
    Bugam en Frío

    ResponderEliminar
  5. Lidiar con uno mismo es algo que hacemos constantemente y, probablemente, lo hacemos más de forma inconsciente que consciente. Cada decisión que tomamos, sobre todo en el caso de aquellas que implican renunciar a algo, son pequeñas batallas a las que hemos de enfrentarnos si queremos evolucionar hacia nuestro autoconocimiento. Nadie nos guiará hasta él salvo nosotros mismos y el tiempo que invirtamos en descubrir nuestro interior. Este es el más sabio de los viajes. Excelente forma de describirlo Eva, genial.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. "Considero más valiente al que conquista sus deseos que al que conquista a sus enemigos, ya que la victoria más dura es la victoria sobre uno mismo".

    Aristóteles

    ResponderEliminar
  7. ¡Excelente artículo Eva, otra vez haciéndonos recordar lo importante que es cada proceso interno del cual no solemos tomar demasiada conciencia!.
    Gracias por ayudarnos a recordarlo.

    Un abrazo,

    Hugo

    ResponderEliminar
  8. "El mundo entero se aparta cuando ve pasar a un hombre que sabe a dónde va"

    Paulo Coelho

    ResponderEliminar
  9. Que cierto Eva, vencer los miedos de uno mismo y seguir caminando con la cabeza erguida es el mayor éxito que podemos conseguir. Ser uno mismo, superarse, conocerse, equilibrarse y aprender a quererse sin rozar el egoísmo nos hace grandes, iluminados y una fuente de paz y energía bien canalizada que aporta luz a todo aquello que nos rodea.

    Que buena eres Eva! un abracissimo!

    ResponderEliminar
  10. Una genial exposición de que las emociones interfieren en nuestro proceso de evolución como individuos y no sólo la razón. Y justamente porque ambas interfieren, nos creamos pequeños conflictos internos cuyas decisiones nos ayudan a crecer como personas. Comparto opinión Eva, ¡eres una crack!.

    Un besazo,

    Estela Ruval

    ResponderEliminar
  11. Provengo de familia que siempre se han aficionado al mundo del baile y el cante. Mis padres cantan en un grupo rociero, mis hermanas han bailado y dado clases de flamenco... Por lo tanto, la expresión "Taconeando" me la conozco muy bien. Y aplicándola en el concepto de la vida, me ha parecido muy acertada por tu parte (cosa que no me sorprende, puesto que a día de hoy todos los artículos me han parecido muy interesantes). Llevo toda mi vida Taconeando y luchando con mi yo interior, y la conclusión que he sacado de todo ello, es que somos los únicos capaces de sacar lo mejor y lo peor de nosotros mismos... de la decisión que tomemos, derivará el resultado de nuestro futuro mas cercano.

    De nuevo gracias por tu artículo y felicidades por tus éxitos desencadenados, que además tengo la fortuna de compartir a diario.

    Un beso enorme y a seguir sacándole ese fruto a tu yo interior, con ese "Taconeo" incesante.

    "Todos tenemos apetencias, pero no nos detengamos ahí. Una apetencia es un deseo al que le falta energía, y si fuera suficiente con tener apetencias todos estaríamos aureolando éxito. Analicemos cuidadosamente nuestras apetencias; seguro que una es mas importante que la otra; alimentémosla hasta que se convierta en ilusión; utilicemos todos los medios posibles para transformar la ilusión en un deseo lo suficientemente fuerte para que se convierta en meta, y finalmente querremos que la meta se convierta en un deseo intenso".

    Nunca sabrás lo que puedes hacer,
    ni quién ni que eres,
    hasta que no levantes los ojos
    intentando fijar tu vista en una estrella.

    Enola Chamberlain

    ResponderEliminar

Deja tu comentario