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domingo, 17 de octubre de 2010

Nacer para morir

Campos de concentración clandestinos sumidos en el más triste de los silencios, en ocasiones interrumpidos por los alaridos del sufrimiento vivido bajo el yugo de un hombre que, en nombre de la ciencia y del progreso-¿qué progreso?- viven muchos seres a diario sin que sean oídos por nadie que pueda socorrerlos, alaridos que se pierden en el tiempo y el espacio de unas habitaciones oscuras, grises, llenas de dolor. Los alaridos que son crónica de una muerte segura, de una muerte vecina a sus vidas. Barbarie en toda regla.




Cada año, en nombre de la ciencia y del progreso humano, por la medicina, por la cosmética, por la industria armamentística, por la industria peletera, por la industria alimentaria, millones de animales son masacrados cruelmente con diferentes tipos de tortura, a veces con inyecciones de hormonas que los inflan y desinflan como si de globos estuviéramos hablando, a veces, generándoles de forma inducida enfermedades en sus sanos cuerpos –sanos antes de entrar en los laboratorios de experimentación-, otras veces son desollados vivos y con plena consciencia con el fin de conseguir ciertas prendas de vestir que, más tarde, alguien con orgullo malsano lucirá en su cuerpo, pero siempre ellos, los animales, son los grandes perdedores y, sin embargo, sólo algunos pocos humanos, la minoría entre la mayoría de los que poblamos este planeta, somos capaces de alzar la voz para luchar en pro de sus derechos, el derecho a la integridad moral y física, a una vida digna, a una libertad negada en muchos casos desde antes de nacer, como sucede en las granjas industriales.

Me alegra saber que, cada vez más, somos un mayor número los que conformamos el círculo de la protección animal, a favor de los débiles, de aquellos que no pueden alzar su voz. Es sabido la necesidad existente de defender a quien no se puede defender, a quien no tiene recursos, es de integridad moral hablar en nombre de los que no tienen voz, es ético ser justos con la vida y con el resto de especies que comparten este planeta, al que siempre de forma errónea, llamamos nuestro planeta. ¿Qué nuestro?, también es de ellos, es de todos nosotros, los animales humanos y también los animales no humanos. La Tierra, nuestra madre Tierra, es la que alimenta y sustenta a cuantos aquí habitamos, y en ella están el resto de especies que no pertenecen a la raza humana y que, del mismo modo que las personas, estas especies son seres que sienten,  que padecen, que aman, que memorizan, que aprenden, que necesitan. Somos todos Uno.
 La evolución del hombre pasa por el respeto y la tolerancia a todos aquellos que no forman parte de nuestra condición de humanos. La evolución es el respeto al débil. El hombre, con el paso del tiempo, ha convertido este planeta en un infierno para nuestros amigos los animales, desplazándolos y utilizándolos a nuestro antojo, independientemente de su sufrimiento y sus necesidades. Nada más vapuleador, nada más estúpido. El horror sincronizado en la perpetuidad del tiempo.

Cuando miro los ojos de mi perro, de mi gato o de mi hurón, vislumbro una luz maravillosa en ellos, un aura de paz y armonía, una imagen de inteligencia sana que me traspasa el alma y la mente. Cuando miro los ojos de mi perro, de mi gato o de mi hurón,  siempre pienso lo mismo: ¿qué clase de ser, de carne y hueso, con raciocinio e inteligencia, educación y cultura puede hacer tales barbaridades a seres tan llenos de nobleza y belleza?.  Y mi respuesta siempre es la misma: no son humanos, son monstruos de la mal llamada civilización del siglo XXI, disfrazados a nuestra imagen y semejanza, pero monstruos al fin y al cabo. ¿Personas?, no… el egocentrismo personificado, el egoísmo y la vanidad de jugar a ser Dios materializados en seres despreciables, poco dignos de pertenecer a una raza de la que puedo llegar a avergonzarme en ciertos momentos, la especie humana. Porque al resto de especies, las admiro. Con todos mis sentidos.

8 comentarios:

  1. Eva, muy bueno el artículo
    Estoy totalmente de acuerdo con lo que has dicho, el ser humano ha llegado a tal punto de vanidad que juega a ser Dios, sin medir el dolor y el sufrimiento de esos animales, animales, que por otra parte no tienen voz ni voto para defenderse y con los que se experimente e incluso comercia con total impunidad.
    Creo que esta sociedad debería tomar conciencia de lo que podríamos hacer entre todos, en nuestras manos está el poder cambiar esta situación, al menos deberíamos intentarlo, por todos esos animales que no pueden defenderse de la codicia del ser humano, y por nosotros mismos.

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  2. La verdad Eva, como bien dices, es que la mayoría de estos “teatros de la muerte”, donde se mutilan seres sanos y conscientes, se cobran miles de vidas sólo para confirmar que sus propios fármacos son aptos para el consumo humano o que una crema antiarrugas haga el efecto deseado y no el contrario, quemar la piel. ¿Cuántos chimpancés se han quemado los ojos para probar esto?, demasiados. Más de 0 son demasiados.
    Campos de exterminio se levantan por doquier ondeando la bandera del progreso, del avance y la seguridad para el hombre. Gobiernos y naciones otorgan con leyes absurdas su carta blanca ante las evidentes atrocidades, como evidentes son los beneficios que éstos se reparten.
    El consumismo desmedido, la superpoblación extendiéndose sin fronteras y sin prácticamente leyes a favor de la naturaleza y de los seres que en ella habitan, dan al hombre la categoría de “virus”, un virus letal que merma a su paso el planeta en todos los sentidos, desde todos los ámbitos. Especies en peligro de extinción, bosques exterminados, mares casi sin vida marina, ríos contaminados con peces muertos flotando como nenúfares de otoño, olor a muerte. La tierra se agota, agoniza.
    ¿Cuál es el verdadero avance? ¿cuál es la única respuesta cierta a todo esto? llegará un día en el que descubriremos y aceptaremos que los animales (no humanos) sienten las emociones y el dolor de una manera tan real como la nuestra, la felicidad y la tristeza, la soledad o la tranquilidad de la compañía y por lo tanto, llegará un día en que la humanidad respetará esta verdad e intentará borrar siglos de sufrimiento y tortura, donde los países cambiaran su conducta inmoral y egoísta gracias a la lucha de unos pocos hombres, gracias a su esperanza, a sus actos de fe.
    Supongo que ese día, Eva, llegará aunque, lamentablemente, mucho dolor ha de pasar aún.

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  3. Correcto Jess, el hombre se cree Dios todos los días de su vida, por ello la barbarie tiñe su rutina en los diferentes aspectos de nuestra sociedad, pero especialmente con otras especies.
    Y por supuesto, Juanma, no tengas duda que, tarde o temprano (me gustaría creer que más temprano que tarde) todos querremos borrar tanto daño ejecutado, sólo que no será posible. Sólo el cambio será posible, pero nunca remediar lo pasado. Lo hecho, hecho está.

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  4. Pues ojalá no sea demasiado tarde algún día para rectificar, dejemosle el beneficio de la duda al ser humano, a ver si su torpeza algún día se convierte en sensatez.

    Un saludo a todos.

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  5. En este momento igual que en tu escrito me siento agradecida a la madre tierra por sentir que cada dia somos mas los que hacemos acopio de nuestras fuerzas y luchamos mano a mano y paso a paso por la defensa de los derechos de nuestros hermanos y compañeros de planeta. Eduquemos a los nuestros para que no pierdan la naturaleza y naturalidad que debiéramos tener. Eva podrías colgar este post en zooland rehabilitación en el face? Me gustaría compartirlo con nuestros compañeros animalistas ;) mil besos! Esto me recuerda a nuestro encuentro causal hace unos años ya..

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  6. ME ENCANTA EVA,
    ME ALEGRA PENSAR QUE TODAVÍA, Y CADA DÍA MÁS, HAY GENTE CON LA MENTALIDAD HORMIGUERA DE QUE MUCHOS GRANITOS DE ARENA HACEN MONTAÑAS!
    UN BESO

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  7. que lastima que cuando el dialogo no consigue abrir los corazones,no se pueda coger el pasamontañas y abrir todas las jaulas,esas jaulas que encierran tambien hermosas almas que algun dia coseguiran liberarse y volver al verdadero hogar,porque la tierra no es nuestro verdadero hogar.

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  8. Las cosas que suceden ahora con nuestros hermanos es el resultado de nuestra "cultura y civilización actuales ¿?" antropocentrista, ahí es donde esta la raiz de todas las violaciones que realizamos contra nuestros hermanos, contra nuestra madre, es responsabilidad nuestra cuidar a nuestros hermanos y a nuestra madre, es nuestra mision hacer lo que cada uno de nosotros pueda para ubicarnos dentro de la creacion como parte del todo, con nuestras habilidades y dones al servicio de todo lo que existe porque finalmente todo ha sido un regalo, ofrecer dando gracias por esos regalos es hacernos responsables por ellos y compartir con todo lo que existe. Tal vez el tiempo que nos encontremos aqui no sea suficiente para ver que la situacion avanza sustancialmente, lo importante es continuar y hacer que cada momento que tengamos aqui sea impecable.

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